sábado, 28 de noviembre de 2015

Prostitución en el Antiguo Egipto

1.- Introducción 

La cultura egipcia siempre fue mucho más recatada y pudorosa a la hora de hablar de su sexualidad que las posteriores culturas griegas y romanas, por lo que los testimonios sobre la prostitución son escasos, o son muy tardíos o son relatos de autores extranjeros.

Esta escasez de fuentes testimoniales directas sumado a la viva imaginación de algunos autores grecolatinos, nos puede dar una imagen algo alterada del fenómeno de la prostitución en Egipto, convirtiéndose en un tema algo controvertido.

A todo ello, hay que sumar la traducción de un lenguaje tan simbólico como el jeroglífico, hecho que puede dar lugar a muy distintas interpretaciones de un mismo texto.

Por otro lado, tenemos todo lo relativo al tema de la prostitución sagrada, tema que dejaremos aparte, ya que creemos que este fenómeno merece un post especial. Aunque algo ya adelantamos cuando hablamos de las orgías en el Antiguo Egipto; por lo que en este post nos centraremos exclusivamente en la prostitución de carácter más mundano.

Y es aquí donde surgen numerosos interrogantes: ¿cuándo empezó? ¿era legal? ¿cómo era considerada socialmente? ¿qué clase de mujeres eran prostitutas? ¿era un cuerpo social especial? o ¿cualquier mujer soltera o adúltera podía ejercer la prostitución como medio de supervivencia? El papel de las esclavas en materia sexual es otro de esos grandes tabúes que la historiografía casi nunca se atrave a abordar ¿estaban obligadas a otorgar placer sexual a sus amos? ¿la posibilidad de tener una concubina dentro del matrimonio minimizaría la existencia de la prostitución?


2.- Las prostitutas en Egipto ¿cómo eran?

Viñeta del Papiro Erótico de Turín.
En el Antiguo Egipto las prostitutas eran conocidas bajo el nombre nada sutil de 'Kat Tahut', y decimos esto porque 'Kat' significa literalmente vulva y 'Tahut' problablemente prostituta. Estas mujeres siempre aparecen representadas mediante elementos con una significativa carga erótica como pueden ser las pelucas, la flor de loto o la cerveza, y en actividades estrechamente vinculadas con el erotismo, como pueden ser la danza y la música.

Esta estrecha relación entre erotismo, magia, fertilidad, sexualidad, religión y música ha hecho que los investigadores duden sobre el papel de la prostitución en el Antiguo Egipto. Por lo que no están muy claros los límites que separaban a una prostituta, de una danzarina o de una sacerdotisa. Y es que se podría decir que aunque todas las meretrices eran mujeres artistas, no todas las mujeres artistas serían meretrices.

Todo ello ha llevado a comparar la figura de las prostitutas egipcias con la de las hetairas griegas, es decir mujeres con una elevada formación cultural y tratadas con cierta consideración y respeto.

 
3.- La prostitución durante el Imperio Antiguo  

Aunque podemos imaginar que el fenómeno de la prostitución se remonta a tiempos inmemoriales, los testimonios sobre su existencia antes del Reino Nuevo (1550- 1069 a.C.) son escasos y algo ambigüos.

Un primer testimonio sobre la prostitución en el Antiguo Egipto antes del Reino Nuevo nos lo ofrece el historiador griego Heródoto, que se remonta en el tiempo para relatar que el faraón Keops (2570 a.C.) para construir su gran pirámide no dudó en explotar a todo su pueblo hasta límites extremos, llegando incluso a obligar a su hija a prostituirse para recaudar fondos:

"Quéops llegó a tal grado de maldad, que viédnose falto de dinero, colocó a su propia hija en un burdel y le ordenó que se hiciese con una cantidad."

Según prosigue el mismo relato, la hija de Keops decidió pedir además un bloque de piedra tras cada encuentro, con lo que se aseguró la construcción de una pirámide de 50 metros de base y 30 metros de altura.

Un testimonio más directo, y algo más fiable que el relato de Herodoto, es un pasaje del 'Libro de los muertos', donde a la frase "no he tenido comercio con una mujer casada", puede ser interpretada de diversas formas: por un lado, como una justificación de no haber cometido adulterio, aunque otros autores apuntan a que es un justificación de no haber mantenido sexo con una prostituta.


J.M. Collier,
Las sirvientas del Faraón
4.-La prostitución durante el Imperio Nuevo

Como ya dijimos anteriormente la escasez de testimonios que nos hablen directamente de la prostitución y la ambigüedad de algunos de estos datos han provocado un largo debate sobre la figura de las prostitutas en el Antiguo Egipto, incluso algunos autores han llegado a afirmar que la prostitución no existió tal y como la conocemos hoy en día.

Pero como veremos a continuación contamos con varias evidencias claras que vendrían a confirmar la existencia de la prostitución en el Antiguo Egipto:

- Papiro erótico de Turín
- Las Casas de la Cerveza
- Ciudades con prostíbulos


4.1.- Papiro Erótico de Turín

Sin duda alguna el mejor testimonio sobre la existencia de la prostitución en el Antiguo Egipto es el Papiro erótico de Turín, fechado a finales del Imperio Nuevo. No nos extenderemos mucho sobre él, ya que este documento único se merece un post en exclusiva, por lo que sólo destacaremos algunos detalles estrechamente vinculados con el tema de la prostitución.

El papiro está dividido en dos franjas, la superior, la más divulgada y políticamente correcta, narra varias fábulas a través de distintas ilustraciones de animales. La inferior, censurada y oculta durante mucho tiempo, muestra 12 viñetas "pornográficas", donde diversas parejas retozan en las más diversas posiciones sexuales. Este papiro tiene un claro carácter satírico-humorístico.

Reconstrucción coloreada del Papiro erótico de Turín

Esta franja inferior es la única representación conocida del interior de un prostíbulo del Antiguo Egipto, ya que las escenas transcurren en el interior de un prostíbulo de Tebas. Este papiro vendría a confirmar la vinculación de muchos de los elementos anteriormente mencionados con el mundo de la prostitución:

- Por un lado, las casas de la cerveza como lugares de prostitución, ya que muchas de las viñetas eróticas aparecen regadas con jarras de cerveza.
 - Por otro lado, el papiro muestra como estas meretrices se preparan para sus encuentros amatorios: se acicalan sus pelucas, se pintan los labios, se perfuman.
- Finalmente se representan varios símbolos relacionados con el erotismo y la sensualidad: las flores de loto, los instrumentos musicales, ...

4.2.- Casas de la Cerveza

Las casas de las cerveza, aunque muchas veces se han identificado con prostíbulos, creemos que no todas funcionarían como tal, ya que algunas de ellas estarían más próximas a nuestro concepto moderno de bar. En este lugar se reunían hombres y mujeres para beber y charlar, y es que uno de los grandes logros de la civilización egipcia fue la libertad e igualdad de derechos de los que gozaban las mujeres.  Por lo que, las mujeres eran libres de disfrutar de su vida social como ellas quisieran.

Incluso en una tumba tebana se ha encontrado un grabado de una mujer ebria que vomita mientras es atenida por una sirvienta, por lo que podemos afirmar, que las mujeres también se emborrachaban en estas Casas de la Cerveza.

Grabado de tumba tebana.

Todo ello, no implica que en las casas de la cerveza no se ejerciese la prostitución, ya que el ambiente relajado y distendido de estos locales facilitaría dichos encuentros. Podemos suponer, que a medida que avanzaba el día, el ambiente se iría cargando, las personas más decentes se retirarían a sus hogares, mientras soldados, camorristas y juerguistas seguirían bebiendo hasta bien entrada la noche, entre espectáculos de música y danza.

Incluso es probable que existieran diferentes tipos de casas de la cerveza, algunas de carácter más "familiar" y otras dedicadas exclusivamente a la prostitución. Esto hizo que estos locales alcanzasen mala fama: alcohol y meretrices en busca de clientes hacían de estas casas de la cerveza un lugar poco apropiado para jóvenes y con los que andarse con mucho cuidado.

Así contamos con numerosos escritos que advierten de los peligros de estas Casas de la Cerveza, no sólo por el peligro de emborracharte:

"No te dejes llevar a beber cerveza
Puesto que cuando hablas, entonces
Lo contrario de lo que piensas sale por tu boca"

Sino también por el peligro de dejarte arrastrar por los placeres de esta vida ociosa, descuidando los estudios o las labores agrícolas:

 "Me dicen que descuidas la práctica de la escritua, 
Y que te abandonas a los placeres.
Vas de taberna en taberna,
La cerveza te quita todo respeto humano.
Pierde tu ánimo.
Eres como un timón roto."


Y es aquí, donde entran algunas de las evidencias más claras sobre la existencia de la prostitución, las advertencias sobre el peligro de caer en la redes de estas "mujeres de vida alegre":

"Aquí estás, sentado en la taberna,
rodeado de mujeres de vida alegre
Deseas desahogarte
Y seguir con tu placer...

Hete aquí frente a una mujer,
anegada de perfume,
Con una guirnalda de flores en torno al cuello,
Tamborileando sobre tu vientre."


4.3.- Ciudades con prostíbulos

Como ya hemos reflejado alguna vez en este blog, allá donde hay una concentración grande de hombres, allí hay prostitutas. Ya vimos con anterioridad como los grandes ejércitos, muy a menudo, eran seguidos en la distancia por un grupo muy heterogeneo de gentes de toda clase y condición, donde especialmente destacaban los grupos de prostituas.  Por todo ello, no nos puede extrañar la presencia de prostíbulos en poblados y ciudades de todo tipo: desde poblados de obreros como Deir el-Medina hasta en grandes ciudades como Menfis. 

Deir el-Medina: La arqueología como fuente de información...

Por suerte no sólo contamos con fuentes las fuentes escritas para poder analizar el fenómeno de la prostitución. La arqueología también nos puede brindar valiosa información, y la ruinas de Deir el-Medina son su más claro exponente.

Este poblado, situado junto a la entrada del Valle de las Reinas, y no muy lejos del de los Reyes, fue el más próspero poblado de artesanos y obreros del Antiguo Egipto, y entre sus ruinas se ha podido identificar los que parecen los restos de un burdel (Casa de la Cerveza) de enorme dimensiones, y no sólo eso, la propia necrópolis de la ciudad tiene una zona concreta donde sólo hay enterradas mujeres, o mujeres con sus hijos. Esto nos podría indicar que estas mujeres segregadas fuesen las prostitutas que vivieron en el enorme prostíbulo de Deir el-Medina.

Set Maat "El lugar de la Verdad": Ruinas del poblado de artesanos, actualmente Deir el-Medina. 

Menfis, la ciudad de los placeres

Si un poblado de obreros albergaba un prostíbulo de grandes dimensiones ¿qué no depararían las grandes ciudades egipcias? Un bello poema egipcio nos retrata Menfis como una ciudad de placeres:

"Yo parto para el norte, por la galera como remero asalariado [...] Yo voy a Menfis y diré a Ptah que administre justicia: ¡Dame una joven [hermana] esta noche! El río es de licor, Ptah está en las rosas, Sekmet en als hojas de loto, Iaret en los botones y Béfertum en el cáliz que se ensancha [...] es la alegría que ilumina la tierra con su elleza y Menfis es una ofrenda de mandrágoras puestas ante Ptah, el de la bella cara"

Náucratis: una colonia griega con mucho vicio...

Esta colonia griega, fundada (en el siglo VII a.C.) ,con permiso del faraón en pleno delta del Nilo fue conocida en Grecia por sus prostitutas de lujo. La propia poetisa Safo acusó a una cortesana de lujo, aunque de origen heleno, llamada Rodopis, de robar las riquezas de su hermano, un rico comerciante griego asentado en esta ciudad.

Este testimonio nos puede abrir algún interrogante sobre el origen y la procedencia de las prostitutas, ya que algunos autores han defendido que la mayor parte de las prostitutas serían esclavas asiáticas o europeas.

De cualquier forma, todos estos testimonios nos vendrían a confirmar la existencia de estas Casas de la Cerveza por todo lo largo del Nilo.

Fresco de tumba Tebana.

5.- Sobre la consideración social de las prostitución...

Como pase en todas las culturas del mundo la prostitución parece ser un mal menor, condenada moralmente, aunque aceptada como una válvula de escape de posibles tensiones sociales. En Egipto la prostitución parece regirse por códigos morales similares, ya que encontramos varios testimonios que parecen orgullecerse de no haber tenido contacto con ningún tipo de prostituta.

Otro testimonio similar nos lo ofrece la "Carta a la esposa muerta", donde el viudo dice a su esposa: "Yo he pasado tres años viviendo [solo] sin entrar en una casa [de la cerveza], ya que no es correcto que uno como yo haga eso"

En algunas de las muchas 'Instrucciones', textos de carácter moralizante, también podemos encontrar advertencias sobre el peligro de las prostitutas:

 "Cuidado con las mujeres extranjeras (¿prostitutas?), cuidado con las desconocidas en la propia ciudad. No las mires cuando pasean ante ti, no hagas el amor con ellas. Una mujer sin marido es como el agua profunda cuyo rumbo se desconoce".
- Instrucciones de Ani

Aunque algunos investigadores apuntan a que estas mujeres no sufrían ningún tipo de estigma social, ya que parece ser que estas advertencias no condenan la prostitución en sí, sino el peligro de aficionarte a este tipo de placeres, alejándote de tus obligaciones diarias.

Otro punto de vista tendría que ver con la consideración religiosa de estas mujeres, a las que sí se las consideraría impuras, ya que una cultura tan profundamente religosos como la egipcia es muy probable que este tipo de mujeres estuviesen vetadas a participar en muchos de los rituales religiosos.



6.-Otros posibles rasgos identifcativos:

6.1.- Tatuajes: Dios Bes

Por lo visto hasta ahora no parece que las prostitutas en Egipto sufrieran ningún tipo de estigma social que las obligase a vestir o a comportarse de manera diferente. Aunque a partir del Reino Medio, y especialmente en el Reino Nuevo, sí que se aprecia que las mujeres dedicadas a "ciertas artes" compartían un rasgo en común... la adoración del Dios Bes, dios asociado al amor y al placer sexual.

Así pues en muchas representaciones de bailarinas y músicas veremos un pequeño tatuaje de este dios en sus muslos, lo que parece confirmar una vez más la estrecha vinculación entre algunas artes como la música y la danza con el erotismo, y seguramente también, con la prostitución.

Todo esto reforzaría la idea de que las prostitutas en el Antiguo Egipto compartirían rasgos similares con las hetairas griegas, acercándose más al concepto de cortesanas que al de prostitutas, es decir, eran mujeres versadas en muy diversas artes, que no sólo aportaban sexo, sino también compañía, entretenimiento, diversión, ...


Recipientes para vino con artista adornada con flor de loto y tatuaje del dios Bes en el muslo.
Cerámica de fayenza azul- 1400-1300 a.C.. Collection of Rijksmuseum van Oudheden

6.2.- Sexo Anal

Otro posible rasgo que nos permitiría identificar las representaciones de prostitutas sería el sexo anal, ya que algunos autores, basándose en el ejemplo de las cerámicas griegas, creen que este tipo de penetración estaría vinculado al mundo de la prostitución.

Dos argumentos podrían esgrimirse para defenser esta teoría: por un lado, las evidentes ventajas para las prostitutas de realizar este tipo de penetración, ya que evitaban quedar embarazadas.

Por otro lado, como bien indica Orriols i Llonch, este tipo de representaciones artísticas podían representar la humillación del personaje copulado o bien como una recurrente fantasía sexual de los hombres egipcios.

El pairo erótico de Turín vuelve a dejarnos algunas posibles pistas... así en la imágen mostrada más abajo vemos a un militar penetrado ¿analmente? a una prostituta. En su mano sostiene un recipiente que se ha interpretado como una posible botellita de lubricante para facilitar dicho penetración.

Viñeta Papiro Erótico de Turín,

Por último mencionar a las famosas felatrices, prostitutas especializadas en el acto de las felaciones, y cuyo signo de distinción eran unos labios pintados de color rojo bastante intenso.

BIBLIOGRAFÍA

Castañeda Reyes, J.C.; Señoras y Esclavas: El papel de la mujer en la historia social del Egipto Antiguo, Colegio de Mexico, 2010.

Manniche, L.; Sexual Life in Ancient Egypt. Kegan Paul International. London & New York. 1997.
 http://www.williamapercy.com/wiki/images/Some_Aspects.pdf

Schumann Antelme, R. y Rossini, S.; Sacred sexuality in Ancient Egypt.Teh erotic secrets of the forbidden papyrus, Inner Traditions Rochester Vermont.

Orriols i Llonch, M.; Léxico e iconografía erótica del antiguo Egipto. La cópula a tergo, Trabajos de Egiptología, Número 5/2, 2009.

http://www.egiptoantiguo.org/foro/viewtopic.php?p=37979&sid=efd738ca9314e819e4e35cbb4ff7b8b5

https://drive.google.com/file/d/0B7CWjFR47EUqY2k5MHZyVGNVY2c/view
http://www.egipto.com/cgibin/forum2004/showthread.php?t=631

http://www.egiptologia.com/mujer-en-el-antiguo-egipto/369-apuntes-sobre-las-erotica-aegyptiaca-y-la-sexualidad-en-el-antiguo-egipto.html

http://www.scoop.it/t/prostitucion-en-la-antigua-roma

domingo, 15 de noviembre de 2015

Fetichismo y Parafilias en la Antigüedad: Agalmatofilia


Fetichismos y parafilias en la Historia:

- Capítulo I: Agalmatofilia
- Capítulo II: Candaulismo

----------------------- 0000000 -----------------------

La Agalmatofilia es una parafilia sexual que se caracteriza por el amor desmedido por las estatuas o las imágenes de arte, especialmente por aquellas que están representadas desnudas o en actitud sensual, pudiendo incluso experimentar un violento deseo físico y sexual por ellas.

Este síndrome también es conocido por «pigmalionismo», «estatuofilia», «monumentofilia» o «petrifilia»; y aparte del deseo físico hacia estas imágenes, también puede implicar el deseo de dotarlas con vida o hacer que parezcan seres vivos, recordar que en la antiguedad las esculturas se pintaban para intentar dotarlas del mayor realismo posible.

Este síndrome, aunque hoy en día, nos puede parecer bastante extraño, en la Antigüedad clásica pudo ser bastante más frecuente, ya que los grandes artistas griegos fueron capaces de dotar a un frío bloque de mármol de un realismo y una sensualidad que tuvo que despertar la admiración y el asombro de sus contemporáneos.

Buena muestra de ello son los numerosos mitos y testimonios que nos han dejado numerosos autores clásicos sobre sucesos de esta naturaleza, donde tal vez el mito de Pigmalion sea el más conocido...


PIGMALION:

La historia más conocida que relata un episodio de agalmatofilia es la del rey de Chipre, Pigmalión. Este rey buscó durante mucho tiempo una mujer con la que casarse, aunque cansado de no encontrar a la mujer perfecta, decidió abandonar dicha búsqueda y dedicar su tiempo a crear hermosas esculturas de mujeres para suplir dicha ausencia.

Una de estas escultruas, Galatea, resultó ser de tal belleza, que Pigmalión se enamoró perdidamente de ella. Una noche, y gracias a la intervención de Afrodita, soñó que la estatuta cobraba vida:

"Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del Sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos."
- Las Metamorfosis, Ovidio.

Pygmalion de Jean-Baptiste Regnault de 1786,
Musée National du Château et des Trianons.
Cuando despertó Pigmalión se encontró con la mismísima Afrodita, que conmovida por el amor del rey hacia la estatuta de Galatea decidió cumplir sus deseos y transformarla en humana con estas palabras: "mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal".

Aunque la versión más antigua de este mito nos la ofrece Filostéfanos, autor griego del siglo IV a.C., y cuya historia tiene un carácter mucho más mundano. En esta versión, el rey se enamora de la estatua de Afrodita situada en el santuario de Pafos, pero en este caso, ninguna estatua cobra vida, sólo la mente enferma del rey, en pleno delirio erótico, la verá como una mujer.


AFRODITA DE CNIDO:

Copia de Afrodita
de Cnido.
Aunque el caso más flagrante de agalmatofilia nos lo cuenta Plinio el Viejo en su 'Historia Natural', según narra, el famoso escultor Praxíteles esculpió dos fabulosas estatuas de Afrodita, que "adelantaba a todas las suyas y a las de todo el orde de las tierras". Una estatuta estaba velada, mientras la otra estaba completamente desnuda.

Los habitantes de la ciudad de Cos, que eran los que habían realizado el encargo, prefirieron la estatuta cubierta ya que la consideraban más pudorosa, por lo que la ciudad de Cnido o Knidia compraron a Praxíteles la versión desnuda.

La belleza de esta estatua fue tal, que pronto la ciudad de Cnido se convirtió en centro de perenigración de muchos viajeros, "hasta donde muchos habían navegado para verla". Incluso el rey Nicomedes quiso comprarles dicha estatua, a cambio de pagarles las cuantiosas deudas que la ciudad de Cnido tenía, pero sus habitantes se negaron, ya que gracias a ella, la fama de la ciudad se estaba extendiendo por todo el mundo griego.

Así Plinio nos ofrece un primer testimonio de contacto sexual entre un hombre y esta estatua:

"El templete donde estaba colocada estaba abierto por todas partes para que pudiera verse desde cualquier ángulo la efigie de la diosa, esculpida, según se creía, con el favor de ella misma. La admiración que producía no disminuía desde ningún punto. Dicen que uno, que se había enamorado de ella, se escondió durante la noche y la abrazó fuertemente, y la mancha dejada sobre ella fue el indicio de su pasión."
- Plinio el Viejo, Historia Natural, XXXVI, 20-21


Luciano de Samosata, en su 'Erotes' o 'Amores' también nos ofrece una versión similar de estos hechos. Primero nos cuenta como uno de los visitantes del templo, llamado Caricles, ante la visión de la estatuta perdió todo control de sí mismo y se abalanzó sobre ella para besarla.

Posteriormente nos cuenta otro incidente mucho más sacrílego:

"Sin embargo, la diaconisa que estaba a nuestro lado nos contó una historia extraña e increíble. Nos dijo que un joven procedente de una familia bastante distinguida... que visitaba con frecuencia el templo, se enamoró de la diosa por funesto azar. [...]  Al final, las tensiones violentas de su pasión se convirtieron en desesperación y descubrió la audacia como alcahueta de su lujuria. En efecto, un día, cuando ya se había puesto el sol, se deslizó en silencio sin que lo vieran los presentes detrás de la puerta y se ocultó en el interior del templo... Esas huellas de los abrazos amorosos se advirtieron cuando llegó el día, y la diosa tiene esa mancha como comprobación de lo que sufrió."
- Luciano de Samosata, Amores, 13-16.

El Juicio a Friné

Como curiosidad añadir que la mujer que sirvió de modelo para esta escultura fue la famosa hetera Friné que fue amante y musa de Praxíteles. Su belleza era tal que se la acusó de impiedad al comparar su belleza con la de la diosa Afrodita, un delito muy grave en la antigua Grecia, y por el cual fue conducida a juicio.

A pesar de que fue defendida por el prestigioso orador Hipérides, éste fue incapaz de convencer a los jueces, por lo que como último recurso optó por apelar al amor a la belleza por parte de los jueces. Así ordenó desnudar a Friné delante de los jueces que estupefactos ante la belleza de esta mujer fueron incapaces de condenarla, ya que sería como condenar a la misma Afrodita.

Friné ante el areópago (1861), obra de Jean-Léon Gérôme — Hamburg Kunsthalle.

CUPIDO DE PARIO.

El mismo Plinio, nos narra otro caso de Agalmatofilia, esta vez con una escultura masculina del mismo Praxíteles, un Cupido desnudo de la ciudad de Pario. Este Cupido también fue famoso por su extraordinaria belleza y por haber sufrido un episodio de arrebato amoroso, donde Alcetas el Rodio, enamorado de esta escultura de bronce, también ultrajó a la estatua manchándola con su semilla.


CULTURA ROMANA

Esta parafilia no fue sólo cosa de los griegos, ya que numerosos autores latinos nos siguen contando  hechos similares acaecidos en la misma Roma.

Koré del Peplo
(Museo de la Acrópolis, Atenas )
Plinio cuenta varios casos: Por un lado, el de Junio Piscículo que se enamoró del grupo escultórico de las Tespíades situado junto al Templo de la Felicidad. Otro caso es el de la escultura realizada por Estróngilo, una Amazona de tan bella factura que fue denominada Eúcmenos, la de las hermosas pantorillas, y la cuál Nerón se llevaba consigo a todas partes.

Y es que incluso autores tan tardíos como Ateneo de Náucratis (siglo III d.C.) siguen recordando casos donde esta parafilia sigue muy presente. En su obra 'El banquete de los eruditos' cuenta la anécdota de Clísofo de Selimbria que se enamoró de una koré de mármol situada en un templo de Samos, y realizado por Ctesicles. El tal Clísofo se encerró en el templo con la koré e intentó satisfacer sus apetitos sexuales, pero ante la dureza y frialdad del mármol dedició utilizar un trozo de carne para simular la textura de la cerne humana.
.



Bibliografía

González García, J.L.; Por amor al arte. Notas sobre la agalmatofilia y la Imitatio Creatoris, de Platón a Winckelmann, Anales de Historia del Arte, 2006, 16, 131-150

 http://revistas.ucm.es/index.php/ANHA/article/view/ANHA0606110131A/31094

http://www.jotdown.es/2015/11/una-mancha-de-semen-sobre-la-afrodita-de-cnido/

sábado, 7 de noviembre de 2015

Mitos eróticos en la Antigua Roma: Gladiadores, aurigas y actrices

La cultura romana no deja de sorprendernos por su mezcla de lo arcaico y lo moderno, donde convivían la brutalidad más primitiva con la sofisticación más elevada. A todo ello, hay que sumar que la sociedad romana presenta algunos rasgos de gran modernidad, los cuales hasta bien entrada la edad contemporánea no volveremos a ver... como pueden ser su sentido del espectáculo o la importancia de la publicidad.

En esta entrada vamos a detenernos en uno de esos fenómenos más propio del siglo XX que de la Antigüedad... los mitos eróticos.

Auténticas estrellas del teatro o del deporte que cautivaron el corazón de romanos y romanas, que con un sólo gesto despertaban los sueños eróticos más ardientes de sus fans, convirtiéndose en los personajes más deseados de la sociedad romana.

Y aunque desconocemos si también tenían su habitación llena de posters con el retrato de su mito más deseado, sí que podemos asegurar que existió todo tipo de 'merchandising' alrededor de estas estrellas, especialmente aquellas vinculadas con el mundo del "deporte". Desde mosaicos conmemorativos, pasando por lámparas de aceite con la efigie del deportista, estatuillas, y todo tipo de inscripciones donde se expresaba la mayor de las admiraciones por alguno de estos mitos eróticos...

Mosaico conmemorativo de un auriga.
Museo Nacional de Arte Romano. Mérida.

Señoras, señores... pasen y conozcan a los mayores mitos eróticos de la sociedad romana...


Mitos Eróticos Femeninos

Como en la actualidad, algunos de las mayores mitos eróticos de los romanos provenían del mundo del espectáculo. Recordar, por ejemplo, que en los espectáculos teatrales de mimo o farsa se representaban historias ligeras de corta duración, donde se mezclaban humor y erotismo en un espectáculo lleno de música, cantos y danzas; acompañados de chascarrillos y obscenidades y donde no faltaban mujeres ligeras de ropa que solían acabar el show con un striptease (nudatio mimarum).

Esclava de la serie 'Espartaco'
Por lo que muchas de estas actrices se convirtieron en auténticos mitos eróticos de su época, sobre todo aquellas que destacaban por su belleza pero también por su ingenio, capaces de replicar las chanzas del público. Aunque los autores latinos suelen retratar este tipo de mujeres por su capacidad de jugar con los sentimientos de sus amantes, pasando de la frialdad absoluta a la más ardiente pasión, todo con tal de conseguir sus ambiciosos objetivos.

Y esto, a pesar de que estas mujeres pertenecían a la más baja condición social consideradas 'infames' al igual que las prostitutas'. Aunque la línea divisoria que separa ambas profesiones no estaba nada clara, ya que todas las actrices tenían algo de meretriz, y todas las prostitutas mucho de actriz.

Esta condición de 'infames' les privaba de cualquier protección jurídica, estando siempre expuestas a episodios de violencia como asaltos o violaciones. Pero si el azar (y la belleza) las acompañaba y si sabían jugar bien sus cartas, este tipo de mujer podía convertirse en auténticas femmes fatale, cazadoras de fortunas, capaces de desplumar fortunas enteras a enamoradizos incautos o situarse bajo la protección de poderosos personajes públicos.

El caso más famoso tal vez sea el de la actriz Volummia Citáride a la que podíamos comparar con una prostituta de lujo, ya que gracias a los tejemanejes de su amo, se fue introduciendo en los más altos círculos de poder romanos, ofreciendo servicios teatrales en fiestas particulares celebradas en las casas de los más altos dignatarios.

Así esta famosa actriz, conocida por su gran belleza y su astucia, logró encadenar una serie de amantes entre lo más granado de la sociedad romana, desde Bruto, el asesino de César, pasando por el mismísimo Marco Antonio o el poeta Cornelio Galo que dedicó a Lycoris o Licóride, nombre poético de Cytheris) algunos de sus más célebres poemas recogidos en su obra 'Amores'.

Cleopatra, el mito erótico por excelencia

Cleopatra, Elisabeth Taylor
Aunque si hablamos del mayor mito erótico femenino de la cultura romana no podemos dejar de hablar de Cleopatra, ya que su mitificación no es cosa de época posteriores. Sus propios contemporáneos la consideraron toda una leyenda erótica, y no tanto por su belleza física, sino por otro tipo de encantos. Plutarco decía de ella:

"Se pretende que su belleza, considerada en sí misma, no era tan incomparable como para causar asombro y admiración, pero su trato era tal, que resultaba imposible resistirse. Los encantos de su figura, secundados por las gentilezas de su conversación y por todas las gracias que se desprenden de una feliz personalidad, dejaban en la mente un aguijón que penetraba hasta lo más vivo. Poseía una voluptuosidad infinita al hablar, y tanta dulzura y armonía en el son de su voz que su lengua era como un instrumento de varias cuerdas que manejaba fácilmente y del que extraía, como bien le convenía, los más delicados matices del lenguaje; Platón reconoce cuatro tipos de halagos, pero ella tenía mil."

Y es que pocas figuras en la historia han representado tan bien el erotismo y el poder de seducción como esta mujer, que gracias a su cultura, ingenio y poderoso atractivo personal fue capaz de seducir a los dos hombres más poderosos de la República romana.


Mitos eróticos masculinos

Pero las 'castas' matronas romanas también tuvieron a sus mitos eróticos, especialmente entre aquellos 'deportistas' que destacaban en la arena, ya fuesen aurigas, gladiadores o incluso actores.

Aunque estos hombres, debido a su profesión considerada 'infame', se movían entre la adoración más exaltada y el más absoluto desprecio, así el propio Tertuliano se preguntaba:

“¿Por qué los promotores y organizadores de los espectáculos al mismo tiempo ensalzan a los aurigas, actores, luchadores y gladiadores, hombres que levantan pasiones y a los que otros hombres les entregan su alma y las mujeres sus cuerpos, y a la vez los denigran y menosprecian por culpa de entregarse ellos mismos a las mismas cosas que critican?” 
-De Spectaculis XXII

Tal vez esta reflexión de Tertuliano esté muy relacionada con lo que le pasa a nuestras actuales estrellas, donde la relación amor-odio, depende del éxito o del fracaso de su última actuación o por la aparición de una nueva estrella que viene a eclipsar a la anterior.


Los Gladiadores

Andy Whitfield, actor de
la serie 'Espartaco'

Aunque parece claro que los que más pasiones levantaban entre las mujeres romanas fueron los gladiadores, estos hombres conjugaban todo lo que una mujer romana podía desear: fama, cuerpos bien formados, vigorosos músculos y sobretodo, el riesgo y la emoción al aventurarse en una relación amorosa tan peligrosa como excitante.

Era tal esta atracción que las grandes matronas romanas no dudaban en pagar grandes cantidades de dinero para poder pasar unas horas con uno de estos peligrosos amantes, sin importarles ni siquiera su baja condición social.

Este hecho lo atestiguan los numerosos relatos existentes en la literatura latina, como el caso recogido por Dion Casio, que narra como la mujer de Marco Aurelio, Faustina la Menor, le encantaba frecuentar la escuela de gladiadores; o el propio Juvenal que en sus 'Sátiras' (6,103-106) critica la pasión de Eppia, la mujer de un senador, por el gladiador Sergiolus, viejo y con notables heridas y deformidades, pero "es del hierro de lo que se enamoran" indica el autor latino.

"Más ¿cuál la juventud, cuál la hermosura
de que Hipia se prendó? ¿qué la movía
a ser de infame gladiador esposa?
Pues Sergiolo era viejo, carecía
de un brazo y aguardaba próximo ya el retiro;
era horrorosa su faz; [...]
Más era gladiador, y eso los hace unos Jacintos.
Hierro, hierro sólo es lo que a tales hembras satisface."


Los propios gladiadores se jactaban de sus conquistas femeninas como demuestran algunos graffitis conservados en Pompeya:

- "Celadio, anhelo y rompecorazones entre las doncellas" (Celadius, suspirium e decum puellarum)
- "Crescens el Retiarius -pescador- de las jóvenes en la noche. Crescens señor y médico de las niñas".
- "Celadus, el Tracio, tres victorias, tres coronas. Las niñas laten por ti."

Estaban tan íntimamente relacionados el mundo de los gladiadores con el sexo, que muy pronto se empezó a utilizar vocabulario del mundo de la arena con un doble sentido, así la palabra 'gladius' acabó siendo sinónimo de falo.

Mosaico de gladiadores.

Incluso se ha especulado que el hallazgo de una matrona romana cargada de joyas sepultada bajo la lava en la escuela de gladiadores de Pompeya pudiese deberse a una visita desesperada a su amante.

La fascinación que despertaban los gladiadores era tan alta que incluso se desarrolló todo un fetichismo alrededor suyo, vendiéndose su sudor como afrodisíaco en los puestos situados en el exterior del circo. Tal vez la mejor explicación a este fenómeno se debe a esa extraña fascinación que tenían los romanos por el sexo y la muerte.

De nuevo Juvenal, criticando la libertad que gozan las mujeres de su época, nos dice:

"Para asistir al circo Olgunia alquila
trajes, cortejo, amigas, la litera,
La nodriza y la rubia mensajera.
Y en tanto, su caudal gasta tranquila
con joven gladiador, ni se detiene
en dar su último vaso, ni le asusta
la ruina de su hogar.
"
                                                                      - Juvenal, Sátiras, VI


Los Aurigas

Aunque sin duda alguna, los auténticos ídolos del pueblo eran los aurigas, tal vez su fama como mitos sexuales era menor que la de los gladiadores, pero su popularidad era mucho mayor. El nombre de los principales aurigas eran conocidos por todo el Imperio y sus hazañas corrían de boca en boca.

Además a esto había que sumar, sus riquezas, un factor nada desdeñable para atraer la mirada y la atención de numerosas mujeres. Se sabe que el auriga lusitano Diocles, ganador de más de 1000 carreras, acumuló una inmensa fortuna, convirtiéndose en uno de los ciudadanos romanos más ricos de su época.

Ya vimos en la introducción como los aurigas más famosos levantaron tantas pasiones, que alrededor suyo se levantaba todo un merchadising de productos relacionados con ellos: esculturas, mosaicos, inscripciones, poemas,...

Nuestro ejemplo más cercano lo encontramos en Mérida, donde se conservaba un extraordinario mosaico donde se exhorta a la victoria a dos aurigas de nombre Marciano y Paulo, que tuvieron levantar pasiones en toda Hispania durante el Bajo Imperio.

Actores

Incluso los actores y bailarines también fueron objeto de deseo de algunas damas romanas, a pesar de compartir la baja consideración social de sus compañeras. Aunque como ya vimos en este post dedicado a la prostitución masculina en el mundo romano, estos hombres también ejercerían como prostitutos o gigolós.

Mosaico con actores y músicos.
Casa del Poeta Trágico, Pompeya. Museo Arqueológico de Nápoles.






Bibliografía

Angela, A.; Amor y sexo en la Antigua Roma, La esfera de los libros, 2015.

Garrido Moreno, J.; El anfiteatrouna oscura imagen de la antigua Roma, Berceo, Nº 149, 2005, págs. 153-178.

Jiménez Sánchez, J.A.; Ídolos de la Antigüedad Tardía: algunos aspectos sobre los aurigas en Occidente (siglos IV-VI), en: Lúdica, 4, 1998, pp. 20-33.

Montero Herrero, S.; Magia y adulterio en la Roma antigua, Religión y magia en la antigüedad: [seminario celebrado en] Valencia del 16 al 18 de abril de 1997, 1999, págs. 167-182.

Perea y Ébenes, S.; Extranjeras en Roma y en cualquier lugar: mujeres mimas y pantomimas, el teatro de la calle y la fiesta de Flora.

Varone, A.; Erotica Pompeiana: Love Inscriptions on the Walls of Pompeii, Studia Archaeologica 116, Italia, 2002.